miércoles, 3 de agosto de 2011

Polémico fallo que beneficia a un femicida

EL CRIMEN SE PRODUJO EN 2004


Publicado el 3 de Agosto de 2011

La Cámara de Casación bonaerense le concedió prisión domiciliaria a un hombre de 70 años que mató a su mujer y la enterró en el patio.

Un tribunal rebajó la condena de un hombre que asesinó a golpes y palazos a su esposa y la enterró en el fondo de la casa que compartían pese a estar separados. El trato supuestamente humillante que la mujer le propinaba es una “circunstancia extraordinaria de atenuación” de la condena. Entonces, el “homicidio agravado” ya no tiene pena de prisión o reclusión perpetua, sino una más leve, en este caso 15 años de cárcel y, como se trata de un hombre de 70 años, el encierro debe cumplirlo en su casa. Es decir, en el mismo escenario donde asesinó a su esposa y enterró el cadáver en el patio del fondo.
La Cámara de Casación bonaerense, el principal tribunal penal provincial, en un fallo dividido, redujo la condena de un hombre que entre las 21 y las 23 del 11 de diciembre de 2004 asesinó a su mujer. Para los jueces Víctor Violini y Daniel Carral, el trato que la mujer le dispensaba a su marido precipitó la reacción: “Múltiples golpes de puño, varios golpes con un objeto contundente en el rostro, región anterior al cuello, región superior del tórax y finalmente la estrangulación”, por lo tanto, la conducta asumida por el marido “respondió sin dudas a impulsos emocionales relacionados al turbado enlace familiar existente, el cual –incluso– presentaba vestigios de una significativa historia patológica vincular”.
Marido y mujer no eran tales. Vivían en la misma finca, en Defensa 26 de San José, Partido de Lomas de Zamora, pero dormían en cuartos separados por decisión de ella. “La relación conyugal entre víctima y victimario hacía tiempo que se hallaba finiquitada sin perjuicio de no haberse instrumentado en debida forma los trámites necesarios para obtener una sentencia de divorcio vincular. Ambos cónyuges habitaban espacios distantes por un patio y dentro de un mismo predio –de común acuerdo– por más de diez años”, sostiene la sentencia.
Él se sentía “desatendido” y por eso –según se justificó– inició un vínculo paralelo. “La decadencia del enlace matrimonial se corrobora a partir del hecho de que el acusado mantuviera otra relación sentimental con una mujer que traía a la vivienda que él mismo habitaba… existieron en el particular ciertos episodios insoslayables de poder excepcional con relación a las circunstancias preexistentes y concomitantes al delito, que –desde un punto de vista psíquico–, han influido en el accionar delictivo perpetrado”, dijo el voto mayoritario.
“Yo trabajaba 20 horas por día, trabajaba en fábricas y después hacia changuitas de jardinería, de albañilería y cosas de herrería. Yo tenía una estanciera con la que iba a la feria a vender cosas y ella no quería venir…, ella no me cocinaba, nada, y entonces me tuve que buscar una concubina para que me ayudara. Yo le decía que ella no me atendía y por eso busqué alguien con quien entenderme. Ella se cagaba de risa de mí, siempre la contra, siempre la contra”, se quejó el condenado durante el juicio.
El Tribunal Oral Nº 6 de Lomas de Zamora lo condenó a perpetua y lo mandó a una cárcel común. La Casación corrigió ambas situaciones: 15 años y a la casa.
Sin embargo, el tercer integrante del tribunal, el juez Ricardo Borinsky, resaltó su disidencia con esa suerte de benevolencia para con el septuagenario. Recordó el relato de la hija de la pareja sobre la mortal discusión: “Se produjo cuando la madre fue a reclamarle porque le había sacado las rejas protectoras, que según unos vecinos el hombre las llevó hasta la esquina, desde donde fueron subidas a una camioneta, y entonces la mató.” Además, subrayó que la violencia era moneda corriente entre ambos: “Dice la hija de ambos que ella mantenía a la víctima a quien su progenitor siempre amenazó con matarla, además de ponerle corriente al lavarropas, chapitas en la cerradura a fin de impedirle el acceso, y golpearla hasta con palos, haciéndole perder parcialmente la audición.”
“Es mi parecer que las circunstancias que rodearon el homicidio no son de atenuación”, completó Borinsky en su solitario voto. <

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